miércoles, 3 de diciembre de 2008

"PUNTO DE ENCUENTRO"

... De pronto, llueve. Borrando todo lo que podría haber ocurrido esa noche...

Solo quedaron besos de un ayer, y tristeza de un mañana, todo estaba perdido, pero aun así continuaron hablando. Ya no sentían el calor de antes. Ahora eran conocidos perdidos en la solitaria noche.
Quizás no era de ella la culpa, quizás de el... Tampoco. En ambos el brillo de los ojos había desaparecido. Ya sus sonrisas eran simples bosquejos para no demostrar sus verdaderos sentimientos. Un poco de culpa, un poco de soledad, habitaba en sus corazones. Era una peculiar noche para los dos.
Por fin una lagrima surgió en el rostro de ella. Aun lo amaba. Era cierto que el también la amaba, pero los problemas ennubecieron la situación. Quizás este adiós no debía haber ocurrido. Sin embargo, trágicamente sucedió. Se veían a los ojos como pidiendo clemencia. Los sentimientos de el estaban tras una coraza. Se mostraba algo alegre, como pensando que seria lo mejor. Y si, de pronto las lagrimas cayeron del cielo que se estaba oscureciendo.
Se les perdía el alma en ese aire húmedo con olor a café. Y esas voces lejanas que habitaban la cafetería, el punto de encuentro para la ultima cita de amor. Quedaron como amigos, lo usual. Pero en el fondo, en el pozo ciego del corazón, solo cabía amor. El amor puro era el que debía llenar ese espacio.
Ya no había que decir, solo veían la lluvia caer desde la ventana. Mudo silencio que duro demasiado. Sus mentes divagaban y perdían el aire en aquellos suspiros. Era evidente que aun se amaban. Se tomaron de las manos, se miraron fijamente y se besaron cerrando el pacto de mutuo y eterno amor.
Y yo aquí, en una mesa cercana. Viviendo ese mismo trágico suceso como si estuviera en un caleidoscopio. Nos miran, los miramos. El tiempo se detiene. El instante es eterno.
Miles de parejas, familias o simples personas solitarias en esta pequeña cafetería. El punto de encuentro. También de desencuentros, lagrimas y risas. Todo perdido en este diminuto espacio.
La lluvia cesaba, ya todo había pasado. Y, aun tomados de las manos, lo bese, me abrazo. Pagamos y nos fuimos sin decir mas nada.

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