sábado, 27 de mayo de 2023

poema sobre la paz

A veces me pregunto
Que es la paz
Dónde se encuentra
Si debo seguir algún río

Perseguir la luna
 /desde el amanecer
El bosque de migas verdes 
 /por el otoño
Al corazón lento del día.

Si verte dormido es y no es
Porque despierto entonces
Serías guerra.

Y yo te siento color
Altivo y fugaz
Silencioso ave tranquilo
Al son del corazón.

domingo, 21 de mayo de 2023

UN POETA EN LA MACIEL de Soledad Cuello (postales Campana)

Miradas opacas silencios nostálgicos sueños desteñidos amores prohibidos cigarros baratos frío en los pies música en las tripas.

Una antigua vivienda de chapa duerme sobre la orilla.

Junto a la ventana el poeta embriagado en historias acaricia el papel.

Avenida de la Alameda de Cristina Noguera (postales Campana)

Tengo noventa y cinco años, y por causas que no vienen al caso, viajó hasta la "misteriosa Bos Aires", como la llamó Manuel Mujica Lainez, y de pronto me encontré con un mundo raro, desconocido. Al regresar busqué el viejo álbum de fotos y allí estaba la postal que mostraba la avenida de la Alameda, me quedé observándola un largo reto, entrando en aquel pasado que formaba parte de mi juventud. En ese lugar se respiraba sueños de navegantes, de inmigrantes. Era como una alcazaba encerrada tras un murallón que la protegía de la bravura del rio que baña la costa. Agua viajera que rodeaba el paseo de la avenida como si fuera una gargantilla, inventario cromático que brillaba como el ópalo, inspiración de poetas.

Ese bulevar se engalanaba con álamos, sauces y ombúes, dando un matiz más al lugar. Éramos jovencitas llenas de sueños que paseábamos, seguidas por nuestros padres, disfrutando de la brisa del río, y en un punto del trayecto nos sentábamos a descansar en aquellos bancos de ladrillos. Tertulia de por medio, el ocaso llegaba.

Entonces irrumpía el carruaje de las familias, que era tirado por una yunta de zainos de andar cansino, como respetando nuestro deseo de postergar la partida. Muy de vez en cuando alteraba aquella monotonía el sonido de un motor primitivo, conducido por algún atrevido oficial inglés.

Y ahí, mirando hacia la costa, se hacía presente la obra del hombre con esos edificios sólidos, descoloridos, de balcones vacíos de flores, que guardaban historias pasadas y albergaban el futuro con aceras anchas con recova, refugio de alguna inesperada tormenta de verano.

Me resulta difícil salir ilesa de aquella postal, de la magia del ayer, para verte hoy bulliciosa y cubierta de cemento. ¡Hasta tu nombre te han cambiado!

martes, 16 de mayo de 2023

Vuelo

 Era la última de su especie. Lastimada por la situación, no le quedo otra que aceptar su destino. Primero comió bien, luego se dedicó arduas horas a preparar su traje. No sabía si alcanzaría su energía, la soledad la invadía. Finalmente, se introdujo en el cascarón a llorar. Horas más tarde se convirtió en mariposa y voló.

Poesias de Adriana Losinno (Zarateña)

HASTA SIEMPRE

El día se termina. 
Las pantallas se apagan. 
Se cierran las puertas. 
Se entornan las ventanas 
y un mundo interior despega. 
Se alzan mis brazos,
 se abren, serenos, mis ojos 
y contemplo mi ser infinito 
como las estrellas. 
En él me veo sentada
 a la sombra de los castaños 
y sus ramas protectoras, 
se mezclan en un fuerte abrazo,
brindándome una generosa paz 
y gratitud. 
El día se termina. 
Las pantallas se apagan. 
Se cierran las puertas. 
Se bloquean las ventanas. 
¡Todo es quietud!

SENSIBLE MANDATO

Haz como los sauces 
que se abrazan sin pensar, 
que de pie se mantienen, 
que lloran sin lágrimas, 
escondiendo sus penas, 
refugiándose en su pesar. 
Haz como las enredaderas

que se trepan sin cesar, 
que, por los estrechos muros van tejiendo sueños. 
Esos que deberíamos imitar.

viernes, 12 de mayo de 2023

Felting

 Soy lana, color cielo y soy libre en mi forma. Junto con otros varios colores estoy esperando mi momento.

Me tiene un esquinero lleno de todas sus herramientas para artesanías. Llevo tiempo allí, olvidada. Junto al telar, los lápices de colores, los libros para colorear y el kit de bordado. Soy otro hobby del montón.

Cuando me escoja, sentiré el calor de sus manos. Sentiré las pequeñas punzadas que me darán silueta y vida.

Soy un montoncito de vellón a punto de ser. ¿Qué seré? Solo mi dueña lo sabe. Por ahora tengo forma de nube de oveja. 

Hoy me eligió. Me cargó con ambas manos y me llevó a la pequeña mesa junto a la aguja punta estrella y la fina tijera. 

Pone música. Me toma y me desarma para volver a armarme. Me vuelvo aire y hebras por un momento. De a poco dejo mi ligereza y me vuelvo cada vez más dura. Apretada entre yo y yo. Nudo tras nudo me achica. 

Lleva algo más de dos horas intentando convertirme en lo que su mente dibuja. Solo me suelta para revisar si mi anatomía es acorde a lo que piensa que soy, qué podré ser.

Mantiene sus ojos fijos en mí para evitar pincharse. A veces la aguja le punza el dedo, pero no la detiene. No se toma tiempo en tratar la herida. 

Da los últimos detalles. Tengo ojos, tengo orejas, tengo boca y sonrió. Ella también se alegra. Al fin soy: ¡Un elefante!.

jueves, 11 de mayo de 2023

Blanco

 Me di cuenta tarde 

las flores se habían marchitado, 

la tierra se había tornado carmesí.

Me di cuenta tarde 

la esperanza no es color verde,

las estaciones cambian, 

el tiempo se pierde.

 Y nunca vi 

al fantasma de sabana blanca 

siempre me observaba

entre mis flores rotas por las pisadas

de mi andar

ida y vuelta en la nada.

martes, 9 de mayo de 2023

Poema de amorosa raíz de Alí Chumacero

Antes que el viento fuera mar volcado,
que la noche se unciera su vestido de luto
y que estrellas y luna fincaran sobre el cielo
la albura de sus cuerpos.

Antes que luz, que sombra y que montaña
miraran levantarse las almas de sus cúspides;
primero que algo fuera flotando bajo el aire;
tiempo antes que el principio.

Cuando aún no nacía la esperanza
ni vagaban los ángeles en su firme blancura;
cuando el agua no estaba ni en la ciencia de Dios;
antes, antes, muy antes.

Cuando aún no había flores en las sendas
porque las sendas no eran ni las flores estaban;
cuando azul no era el cielo ni rojas las hormigas,
ya éramos tú y yo.

 

Ya no Idea Vilariño

Ya no será
ya no
no viviremos juntos
no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa
no te tendré de noche
no te besaré al irme
nunca sabrás quién fui
por qué me amaron otros.
No llegaré a saber
por qué ni cómo nunca
ni si era de verdad
lo que dijiste que era
ni quién fuiste
ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido
vivir juntos
querernos
esperarnos
estar.
Ya no soy más que yo
para siempre y tú
ya
no serás para mí
más que tú. Ya no estás
en un día futuro
no sabré dónde vives
con quién
ni si te acuerdas.
No me abrazarás nunca
como esa noche
nunca.
No volveré a tocarte.
No te veré morir.

lunes, 8 de mayo de 2023

otoño

Ventanas otoñales
Alli el sendero, aquí mí yo.
Entre las ramas de los árboles
Cuelga mí corazón.

tarea

Canción:
Hay mucho que ocurre
Sin ánimos de estar 
Porque se mueve 
Entre emociones

Hay amores que encadenan
Palabras de libertad
Para un mañana
Para lo que fue esperar

Y la noche se hace larga
Entre subidas
Se forma un adiós
En la imagen del perdón

Sube y sube
La melodía incondicional
Es el llanto que se pierde
De tanto en tanto

Si estuvieras aquí
No sería ese verbo
La palabra iluminar
El silencio donde pertenezco


Texto:
Se conocieron en un mar de aplausos. No sé quién de los dos encontró primero al niño que lloraba entre los castillos de arena. Solo vi como intentaban calmarlo una y otra vez para al fin preguntar su nombre. 
Él lo alzó y lo escoltó sobre sus hombros. Ella le tomaba la mano a la criatura y, de tanto en tanto, sacudía el rito de emergencia. La melodía que atraviesa a todos cuando se encuentra en una playa.
Creo que es la costumbre donde más se llora y sufre. Donde más preguntas se realiza uno y se repite en la mente de los demás. ¿Dónde están los padres? ¿Cuándo y como perdieron la vista a su hijito?
En algún momento el muchacho bajó al niño para llevarlo de la mano. El niño huyo y se adentró al mar.
Se lo llevó la corriente, dijeron algunos con las manos en la cabeza. Se ahogó por una ola, habrá gritado otro. Culparon a los dos jóvenes un tiempo y después se olvidaron.
Yo creo haberlo visto llegando capa a capa más lejos de la playa. Que su familia lo estaba esperando en lo hondo del mar. Que quizás su madre no era de la superficie como todos creíamos. Donde los aplausos no se escuchan, supo encontrar a su mamá.



 

viernes, 5 de mayo de 2023

El continente sumergido - Olga Orozco

Cabeza impar,
sólo a medias visible desde donde se mire
y a medias rescatada de un exilio sin fin en la cabeza de la bruma.
Es opaca por fuera,
impermeable al bautismo de la luz,
porosa como esponja a las destilaciones de la noche insoluble.
Pero por dentro brilla;
arde en un remolino de cristales errantes,
de chispas desprendidas de la fragua del sueño,
de vértigos azules que atestiguan que es la tumba del cielo.
Se supone que alguna vez fue parte desprendida de Dios,
en forma de tiniebla,
y que rodó hacia abajo, cercenada sin duda por la condenación de la serpiente.
  
Se ignoran los milenios y las metamorfosis,
las napas de estupor que debió atravesar hasta llegar aquí,
girando como sombra de topo entre raíces,
avanzando después como un planeta ciego
que se condensa en humo, en vapor, en eclipse.
Fue aspirada hacia arriba,
erigida en lo alto de un tronco a la deriva que apenas la retiene,
con dos cavernas sordas para escuchar la voz que rompe contra el muro,
con dos estrías vanas para ver desde un claustro la caída,
con un olor de bestia acorralada debajo de la piel,
con un sabor de pan sepultado entre ayunos,
y esta lengua insaciable
que devora el idioma de la muerte en grandes llamaradas.
Cabeza borrascosa,
cabeza indescifrable,
cabeza ensimismada:
se asemeja a un infierno circular
donde el perseguidor se convierte de pronto en perseguido,
siempre detrás de sí, o delante de mí,
que no sé desde dónde surjo a veces, aferrada a este cuello,
sin encontrar los nudos que me atan a esta extraña cabeza.