martes, 5 de noviembre de 2019

Es un hombre etéreo, hermoso. 
Cada año, como aniversario me come una costilla. 
Aparece en la noche, en sueños profundos.
 Celebra nuestra reunión y me lleva a pasear. 
Busca enamorarme. 
Me encierra en sus ojos, me contamina. 
Mientras caigo ante su veneno me mira, hambriento. 
No queda escapatoria. 
Al año vuelve.
 Soy su juego. 

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