jueves, 24 de octubre de 2019

La navidad se ve distinta desde el puente. La luna llena es mi trofeo. La enfermedad pudo conmigo. Estoy pelado, mezquino como un gato, alejado de todo y todos.
Escribiendo mi última dedicatoria en este libro de recuerdos. Llegando a la hoja final. Firmó con una iguana y pido al cielo otra vida. Otra oportunidad.
Un auto se detiene. Un grito desesperado. Un tibio abrazo. El viento esparce las palabras olvidadas en el inmenso mar.


Nath, afable y calamitosa, en su vehiculo que ha trancendido kilometros de viento e impronta, cansada de su arduo día laboral contemplando discusiones sin justificación, insulto al peatón desconocido que atravesó, como dueño de ka calle, ensimismado en su celular, la peligrosa avenida.

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