lunes, 28 de diciembre de 2015

la daga atravesó más y más tus labios, mi lengua se empuñaba en tu aliento.
Finalmente solté mi veneno, las palabras que cortarían el aire y me dejarían libre de toda condena que tu mirada me podría llegar a dar. Suspire y como humo de cigarrillo, abandone la escena.
Solo quiero ser amado y matar a mis enemigos con impunidad.

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