viernes, 17 de julio de 2009

hora del cuento ^^

lo escribi hace bocha ya..
nisiquiera lo encontraba xD ta q pense en mandarselo a mi querido Pikachu ^^ y lo encontre ^^

=)


LA ESFINGE

Era vana melancolía la que sufría la esfinge de piedra. Su maldición había sido destruida, y aun así no conseguía volver a su forma real. El joven que fue capaz de romper la brujería, aun así, era incapaz de expresar su amor de tal modo como para quebrar la frialdad de la princesa encerrada en la figura. El tiempo con el que había jugado la desdicha le impedía creer en el amor. De tal modo que no parecía haber modo de volver todo a la normalidad.

El joven, sin embargo, no renunciaba, el creía de manera misteriosa de que había un final feliz a esta historia. Fue así como expuso ante todo el reino la estatua, creyendo que habría otra persona que escuche la voz en el interior de esta, y que supiera como deshacer el hechizo. Solo recibió burlas y carcajadas.

Apenado por tener que robar un caballo, recorrió en vano miles de pueblos.

En un bosque cercano al de la ultima aldea de esa tierra, se cruzo con una bruja, la que había comenzado esta historia, la única capaz de hacer tan cruel brujería a una pobre princesa. Le interrogo sobre su hechizo y la forma de romperlo, le contó la historia aun sabiendo que era la culpable de tal desgracia, esperando una noble explicación a todo esto.

La bruja lo miro desorbitado, se rió un poco, y lo invito a su casa para poder explicarle bien todo. El joven perplejo, acepto la invitación.

Una única cosa-dijo la bruja- deja la esfinge afuera.

Y el joven sin mas, la dejo sobre un banquito fuera de la casa, y paso.

Conoces la historia de esa muchacha a la que intentas salvar? –dijo la bruja, mientras buscaba un vaso para servirle algo de beber.

La verdad es que no –contesto el joven con algo de miedo

Pues esta es la realidad –dijo poniendo atención al joven, quien tan solo observaba la ventana.

No deseo oírla de usted, preferiría escucharla de la voz de la princesa prisionera de su maleficio –dijo apresuradamente pero con seguridad

La bruja lo escucho y se rió de modo aterrador -de veras quieres ayudarla, no logro entenderte joven, bien, la forma de salvarla es bastante complicada.

Abrió la puerta y observo la esfinge, luego confusa, miro fijamente los ojos del joven.

-Como lograste romper mi maldición?

-yo ya le conté anteriormente como paso todo eso...

-lo siento muchacho, yo no puedo ya hacer nada, si ella no volvió a la forma normal, no es por culpa mía. Pero seré buena contigo, aquí tienes la dirección de un mago que quizás pueda ayudarte, pero ve rápido, sino vuelve a su forma antes de la puesta de la luna, será imposible luego.

El viaje hasta la residencia del mago era difícil. Pero no había tiempo para dudar siquiera, y partió.

Utilizo la espada que le había entregado la bruja, para cortar las ramas con espinas y vencer a las criaturas que se aparecían por doquier. Tan solo para alcanzar su meta. Y fue como así herido cayo a los pies al mago que se encontraba como esperando su llegada. Ya sin aliento el joven se desvanecía desmayado por tal viaje. Fue en ese instante cuando una enorme luz abrazo a la esfinge, la cual retorno en su forma de princesa. Se acerco, se arrodillo y acaricio al joven, dejando caer una lagrima. La cual despertó al joven, que al intento de abrazarla, ella lo aparto, levantándose apuradamente. La miro embobado de tanta belleza y así quedo inmortalizado, convertido en piedra.

Lo que la bruja había intentado alertar al joven, era de que ella no era una princesa, de que los cuentos de hadas a veces no son así, y que le esperaba un cruel destino.

Necios oídos son los del amor.

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