martes, 2 de marzo de 2021

baño los domingos

 Tendría alrededor de seis años y había oído en la televisión que el ultimo día de la semana era especial y yo quería convertirme en un ser mágico. Recuerdo muy bien los problemas que me traía, mis padres intentaban que cumpliera la regla de al menos bañarme día por medio, pero no había caso. Por más que insistían, respondía del mismo modo, me bañaría solo el domingo. 
El pediatra fue el que termino explicándoles que no era malsano, que incluso evitaría la cantidad de piojos que traía cada día a casa, que esos bichos les gusta el pelo limpio por lo que con un producto y con mantener el baño un día a la semana evitaría el contagio. Así fue como mi primer ritual fue bañarme solo los domingos.
Cada día sentía que estaba mas cerca de ser una maga. Me regalaron un kit de magia y los juguetes del chocolate Kinder traía una hermosa colección de trucos. Pero eran eso, trucos. 
Entonces seria una bruja, mezclaría polvos mágicos, tendría una caldera. Pero no había nada de eso en el mercado, ni una sola poción, ni un sombrero. 
Mi abuela fue quien rompió mi ilusión. Había salido de viaje y en el reencuentro después de tiempo sin verla me trajo un almanaque para colgar. Era bellísimo, unicornios para decorar, stickers y olor a frutilla.
Unas franjas coloreadas marcaban el fin de semana, dos barras que dejaban la semana limpia. Una fucsia para el sábado y una violácea para el domingo. 
Llore mucho, lo recuerdo. Quería despedazar el pedazo de papel. Entre lloriqueo acepte contarle a mi abuela que me dijo la cruel verdad. El domingo es el primer día de la semana y yo entendí que jamás seria especial.

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