viernes, 11 de julio de 2025

Regresos de Wislawa Szymborska

Regresó. No dijo nada.

Pero estaba claro que le había ocurrido algo molesto.

Se acostó vestido.

Escondió la cabeza bajo la manta.

Encogió las rodillas.

Ronda los cuarenta, pero no en este instante.

Existe, pero sólo tanto como en el vientre de su madre,

érase que se era bajo siete capas de piel, en la oscuridad

protectora.

Mañana dará una conferencia sobre la homeostasis

en la cosmonáutica metagaláctica.

De momento se hizo un ovillo, se durmió.

Nana

 Se deshoja la margarita, se deshoja. 

Después de nueve meses que se posó 

ante ella la preciosa mariposa. 

Solo escribía cartas a la vida. 

Mensajes de amor a la vida. 

De esos senderos, 

donde era primeriza. 

Ella cantaba y la panza reía.

Su silueta cambiaba

y ella reía.

¿Quién iba a augurar

lo que sucedería después?

La margarita se deshoja en la mesa

donde su hija debía nacer.

Sangre que es río y cura

Sangre que es río y vida, huye.

Que nazca sana

que viva alegre

si la niña queda sin madre

los mensajes irán al dios de la muerte

la margarita canta una nana al viento

El que salva y guarde la escuchó en su canto

la margarita continúa luchando.

Amado sea el dios que la vida entrega

Ambas sonríen hoy

bajo el cielo estrellado.