El día se termina.
Las pantallas se apagan.
Se cierran las puertas.
Se entornan las ventanas
y un mundo interior despega.
Se alzan mis brazos,
se abren, serenos, mis ojos
y contemplo mi ser infinito
como las estrellas.
En él me veo sentada
a la sombra de los castaños
y sus ramas protectoras,
se mezclan en un fuerte abrazo,
brindándome una generosa paz
y gratitud.
El día se termina.
Las pantallas se apagan.
Se cierran las puertas.
Se bloquean las ventanas.
¡Todo es quietud!
SENSIBLE MANDATO
Haz como los sauces
que se abrazan sin pensar,
que de pie se mantienen,
que lloran sin lágrimas,
escondiendo sus penas,
refugiándose en su pesar.
Haz como las enredaderas
que se trepan sin cesar,
que, por los estrechos muros van tejiendo sueños.
Esos que deberíamos imitar.
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