martes, 22 de abril de 2025

coraxon delatxr

 ¿Qué pasa en el final?

Confiesa el asesinato.

¿Cuál creen que es el efecto final? 

Cerrar el círculo que manejo desde el inicio. Habla del sentimiento de culpa. de su perfeccionismo (el tiempo que demora en hacer cada cosa está contado)

¿Creen que el narrador está loco? Si es así, ¿por qué cosas se dan cuenta?

Por momentos pienso que el narrador está loco, pero más se me da la idea de que fue cargo de conciencia y búsqueda de justificativos para matar al viejo. Sea porque es nervioso (angustia), como dice al inicio, que eso le afecta en su vida y el diálogo abierto (no sabemos a quién le habla) es una necesidad de un otro para contar sus problemas.

¿Cómo describirían la personalidad del narrador? En que detalles del cuento se ven esas características 

Tiene una sobre necesidad de hablar del mismo y mencionarse (I)

¿Consideran que el texto tiene un carácter oral o escrito? ¿En que detalles lo ven? ¿Por qué creen que Poe eligió escribirlo así?

El narrador en primera persona y el uso de repeticiones luce a un texto para carácter oral. También los símbolos de exclamación. 


Creo que el texto Poe lo comenzó imaginando "un reloj envuelto entre algodón" es la primera (de final a comienzo) metáfora que utiliza y lo más parecido a un latido de corazón si literalmente haces aquello. Un reloj antiguo, como aquella época, es imposible de apagar, incluso cambiando de habitación queda un susurro en casas realizadas en madera.

Con el razonamiento anterior (del cuento Nevermore) que haya diseñado la idea de los policías como introducción a una situación de muerte o de "esconder" es muy concesible. También que el final es una línea de diálogo del narrador, como ocurre con el nevermore, nombrando el que sería el título de la historia. (su horrible ´horroroso´ corazón).

El ojo de buitre puede ser 

El relato es corto, una sola habitación que no es necesario describir (los tablones de madera por suelo son común de la época). Su palabra favorita en esta ocasión fue LOUDER es el estribillo (más fuerte)

viernes, 7 de marzo de 2025

Insomnio

 Rogelio odiaba a sus padres. Si bien habían muerto hace varios años, le echaba la culpa de abandonar el campo de su vida para vivir en la ciudad.

Soltero de toda la vida, trabajando independiente en la notebook de su casa, sonaría como a  una vida normal y agradable. Pero no. Rogelio iba tres veces a la semana al psicólogo, al médico, al cardiólogo. Sus miedos aparecían a la noche, en la ruidosa ciudad no conseguía dormir y ni pensaba en tomar pastillas.

La situación de Rogelio iba más allá que cualquier tipo de angustia o fobia. Podía explicar, por ejemplo, en terapia su necesidad de adelantarse a los hechos. Como si pudiera afirmar las razones de todo. Porque los vecinos se pelean, porque pasean el perro a la noche, porque los colectivos se detienen sin semáforo o pasajero que suba o baje en la parada frente a su casa. Era que todos querían algo de Rogelio, pero no sabía responder qué.

Un aviso de una casa en venta lo reanimo, quizás la suerte estaría de su lado. Cambiar el ambiente y más que nada en el mundo, el silencio del campo, reanimaba su corazón.

Las cajas de la mudanza quedaron apiladas en el living, solo le importaba la cama y la cocina funcional. Rogelio la primera noche no durmió. Se quedó fijo presenciando la única luz prendida de una casa vecina. 

¿Está vacía y dejaron la luz por miedo a ladrones? ¿Hay alguien observándome allí desde una esquina que no puedo ver? ¿Será la razón por las que los dueños vendieron la casa? ¿Alguien me siguió desde la ciudad?

A la mañana Rogelio conoció a Verónica. No fue acto del destino, sino la insistencia tras los varios timbrazos del perseguido demonio interno.

La invito a cenar, tontamente. Le insistió. Otra vez gano. 

Rogelio no se comportaba como Rogelio. Pero aun con la felicidad de haber conocido una hermosa mujer. Tampoco durmió. ¿El amor también produce insomnio o era algo más profundo que le avivaba y le insistía que lo que sucedía no era normal? Ese pensamiento a contracorriente sabia arruinarle todo. Incluso el sueño.

A la semana Verónica entendió todo. Los problemas con el ruido, el insomnio, y que las pastillas para dormir en  realidad no le hacían efecto alguno contra el cerebro y los parpados de Rogelio. 

Por ello, la doceava noche de cena y vino, no solo lo beso, sino que también se quitó la ropa. Le entrego su cuerpo como quien saca el último as bajo la manga.

Rogelio durmió sereno, feliz y despertó contento, enamorado.

A su alrededor, las cajas de la mudanza desaparecieron, los muebles y equipos también. No había donde buscar a Verónica, si es que se llamaba así. 

Engañado y robado el corazón no dejaba de cantar una melodía dulce y picante. Su mente dibujaba una piel perfumada.

A la noche y de vuelta en su vieja casa en la ciudad, Rogelio durmió como un bebe.

domingo, 22 de diciembre de 2024

Tamara Tenenbaum "Escenas de un matrimonio (...)"

 No sé qué fantasía zen podría habitar para que esos momentos no estuvieran sobre todo dominados por el lenguaje, por las palabras que ellos eligieron y que se grabaron en mi memoria con su rítmica, palabras que no podrían ser otras, que no se pueden cambiar, porque como en la poesía, que siempre prefiere las repeticiones a los sinónimos, la música precisa de las cosas.  

Y sin embargo, si pienso en qué me llevo de las personas que más quise, pienso sobre todo en eso, en palabras: no en conceptos, no en aprendizajes que me hayan dejado, en conversaciones cuya música no puedo sacarme de la cabeza, que a veces ni siquiera sé qué significan ni por qué las recuerdo.

martes, 17 de diciembre de 2024

Kai corrección

Otra mañana, 
otro medio día...
mis ojos buscando tu silueta
como un lobo a la luna pura,
por su belleza,
Y que, entre sombras,
está escondida.

Necesito tu meliflua voz
que me salve del silencio oscuro y profundo,
cuál Eurídice, la luz en el Inframundo...

Busco tu tacto 
como las flores al sol, 
el décimo paso..

estamos a Salvo, mi vida,
somos ese libro escribiendose 
entre historias perdidas, 
Oculto en la biblioteca en llamas, 
en un recuerdo escondido. 
Un libro lleno de capítulos
Que dicen, "fueron felices",
pero sin un final.

viernes, 13 de diciembre de 2024

Graciela tiene dos superpoderes. Sabe detener el tiempo y sabe contar chismes. Quizás más lo segundo que lo primero y es que narrando la historia de la pobre Carmen y todo lo que le falta saber como protagonista, no tiene idea del lío que se le armará, y todo por silenciar un pensamiento amenazante. 
Graciela lo cuenta o podría contarlo, como vecina del barrio, chusma. Porque su narrativa va de eso, y de la parsimonia que pueden tener sus personajes ante la vida. Realista ante todo. Graciela, a diferencia mía, sabe que las historias se deben de sentir vividas. Que las emociones afloran en todos, y por eso quiso que no lloviera el día que Juan Pablo iría a una quinta con su padre. Los diálogos son pocos, pero justos. El escenario familiar está a la orden del día. 
Será que en un viaje a casa, deja la tercera persona para que la naturaleza del pequeño patio sea indiscutiblemente autobiográfica. Lo digo porque conocí su casa, pero me hubiera gustado también conocerla con sus 10 años.
 Tambaleo más con "la respuesta" porque no soy fan de los santos. A penas vi algunas veces en televisión lo que es una caminata a Lujan. Pero era tal cual, la búsqueda que lleva a muchos a patear sin cesar para encontrarse con un ser superior que los llene. Graciela no necesita eso. Ella solo con su personalidad brilla entre la multitud. Por suerte no se extiende al hablar con esas frases largas como en sus relatos. Tampoco se vive de comparaciones, aunque en algunas de sus historias utiliza metáforas que inspiran. Mi favorita es: "Llora como un diluvio largamente aprisionado en las fauces del universo." y para cerrar, debo acotar que Don Rodríguez, al igual que Graciela, detuvo el tiempo, tomo el pan bajo el brazo y siguió una vida feliz con su primer nieto.